19.600 M2
TERMINAL INTERNACIONAL T2
AEROPUERTO ALFONSO BONILLA ARAGÓN
PALMIRA - COLOMBIA 2016
ANTECEDENTES
Las terminales aéreas, más allá de infraestructuras de transporte público son puertas de encuentro con el mundo, por esta razón su arquitectura debe ser capaz de interpretar las realidades culturales y naturales específicas de cada región. La nueva terminal internacional T2 del aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón de Palmira, se concibe y se realiza como una respuesta a una serie de condiciones previas existentes en el lugar, buscando enfrentar la dimensión global que tiene el uso aeroportuario. El proyecto, mas allá de profundizar la dicotomía ente el lugar y el no lugar, es entendido como un espacio que alterna la diversidad de un mundo cada vez más genérico y estándar con la identidad regional del Valle del Cauca.
En este sentido, el estudio de las características medio ambientales, la condición socio cultural, los desarrollos urbanísticos, y el patrimonio construido del edificio existente, son variables que contribuyen a entender la pertinencia, la pertenencia y la permanencia de esta infraestructura en la región. La inaplazable descongestión del aeropuerto el Dorado en Bogotá y la actualización del terminal aéreo en Cali, además de resolver la demanda real del transporte aéreo en la región, es una oportunidad para volver a entender este edificio como se proyectó hace casi 50 años, como un icono del progreso de los vallecaucanos.
El edificio original diseñado por las oficinas Camacho & Guerrero, Lago y Sáenz, llamado inicialmente ¨Palmaseca¨, fue inaugurado en 1971 como producto de la transformación de la ciudad de Cali por la llegada de los juegos panamericanos. Su valiosa arquitectura ha resistido el embate del tiempo y de todas las actualizaciones aeronáuticas y normativas requeridas para su funcionamiento, dejándonos de forma muy sutil y contundente, su ejemplo de buena arquitectura para el lugar. Su funcionalidad, el manejo consciente de la climatización pasiva, la orientación para el aprovechamiento de los vientos, las visuales y la iluminación natural, el uso de las palmas, la arborización y en general la vegetación nativa, son características memorables de un edificio que da cuenta de un momento histórico de gran importancia para el valle del Cauca.
Con la idea de que la arquitectura contemporánea es capaz de mantener vivo el pasado evitando la destrucción de lo construido, tenemos el privilegio de contar con dos edificios de distinta condición temporal, disponibles y en continua operación aeronáutica, que hablan de dos momentos históricos de la aviación en la región y que se proyectan en conjunto hacia las próximas actualizaciones aeronáuticas del horizonte 2030.
LA PROPUESTA
Lo Medioambiental
El proyecto, que aspira a ser un modelo de sostenibilidad y de optimización de los recursos naturales, propende por el empleo de materiales y procesos constructivos de bajo impacto ambiental. Así mismo, implementa estrategias de climatización pasiva que garantizan la ventilación e iluminación natural al interior del edificio durante la mayor parte del día, lo cual se refleja en un bajo consumo de energía eléctrica. También se ha incentivado el uso y aprovechamiento de energías renovable por medio de paneles solares y el reciclaje del agua lluvia dentro de un esquema de bajo mantenimiento que utiliza la arquitectura como soporte de la vegetación nativa.
Lo Sociocultural
Partiendo de entender el Valle del Cauca como una región de ciudades, la propuesta contempla el posible desarrollo a futuro del concepto de “ciudad aeropuerto”, lo cual significa que la zona aeroportuaria tiene todo el potencial de ser un renglón fuerte del sector económico de la región, articulándolo con las ciudades de influencia a través de una muy buena malla vial existente y un sistema multimodal de transporte público.
A nivel urbanístico, el proyecto plantea un gran espacio público cubierto con una pérgola metálica, que es soporte de vegetación colgante y que conecta las dos terminales para activar la fachada del primer piso del edificio original, que por razones de orientación solar y por la ubicación de las áreas técnicas siempre ha sido cerrada.
Lo Arquitectónico
El edificio original hace parte de una serie de equipamientos públicos de carácter moderno, construidos a principios de la década de los 70 del siglo XX para la ciudad de Cali. Su infraestructura ha logrado transcender la propia función aeronáutica hasta convertirse en un icono vallecaucano, un edificio representativo de nuestra región y de su momento histórico, los juegos Panamericanos del 1971.
La nueva terminal internacional reinterpreta las actuaciones de arquitectura propias de la terminal aérea original, tanto estética como espacialmente, y hace un reconocimiento a su eficiencia funcional comprobada por el uso y el paso del tiempo al cumplir 50 años en operación. El memorable hall de encuentro ciudadano en la sala general, producto una cubierta de doble plegadura construida en hormigón armado que rescata la necesaria monumentalidad de este tipo de edificios y que se convierte en un elemento arquitectónico predominante, sumado a su lenguaje estructural y brutalista, permiten hacer las transferencias conceptuales para la concepción de la nueva arquitectura de la terminal internacional.
A partir de la valoración del edificio original, y como una reflexión sobre la importancia de lo preexistente para la nueva arquitectura, se plantearon tres elementos estructurantes en el proyecto: La cubierta, como expresión de lo monumental en el edificio público, La materialidad, como lenguaje, continuidad y escala, y la vegetación, como elemento de integración y apropiación del lugar.
La Cubierta
Esta estructura es una configuración nervada con cerchas de barras metálicas que resuelven una luz de 38 metros en apoyos alternados. Los pliegues espaciales resultantes son necesarios para el reforzamiento estructural, y al mismo tiempo permiten la entrada del viento y la luz natural en el edificio. En una clara alusión a la cubierta del edificio original, se resuelve la ventilación cruzada aprovechando la orientación en sentido Este-Oeste de las fachadas largas donde predominan los vientos de la tarde y se refuerza la iluminación interior de manera pasiva con la utilización de claraboyas traslucidas.
Esta estructura espacial se encuentra en medio de dos superficies de cerramiento. La exterior actúa como cubierta general y es una teja termo acústica tipo sándwich, y la interior actúa como un plenum técnico de aluminio perforado que aumenta la inercia térmica, el aislamiento acústico y garantiza la presencia de luz natural en el espacio.
La Materialidad
La fachada enfrenta el rigor del asoleamiento Este-Oeste como resultado de un emplazamiento obligado, que hizo imposible orientar adecuadamente el edificio. Este elemento se plantea como un sistema de celosías modulares prefabricadas en concreto aligerado que reducen el impacto del sol sobre el edificio, que evita las incursiones solares en el espacio habitable, y que reducen el rango de uso del aire acondicionado para evitar la dependencia energética de la climatización. Además, mantienen la continuidad del concreto a la vista como material predominante usado en el edificio original, y resuelve el lenguaje, la escala y la proporción de un edificio de 209 metros de largo.
La Vegetación
El diseño de paisajismo con vegetación nativa se encuentra presente en las cubiertas y en la fachada norte del edificio original. La presencia de palmas en fachada y losas verdes con vegetación tropical en el edificio ayuda en el control de radiación solar, del ruido de las aeronaves y de la polución del ambiente. La terraza jardín del nuevo terminal utiliza todo el perímetro como un aislamiento térmico y funciona como soporte de biodiversidad de especies autóctonas.
CRÉDITOS
ESPACIO COLECTIVO ARQUITECTOS S.A.S + CUNA
ARQ. CARLOS HERNÁN BETANCOURT
ARQ. ALDO MARCELO HURTADO
ARQ. JULIAN GUTIERREZ
EQUIPO DE TRABAJO
ARQ. ANDRES ROLDAN
ARQ. SANTIAGO SALAZAR
ARQ. CARLOS AMÚ
FOTOGRAFÍAS
FEDERICO CAIROLI
SANTIAGO ROBAYO