CENTRO DE DESARROLLO INFANTIL "CUNA DE CAMPEONES" - SILOÉ
Reconocimientos:
Primer puesto concurso nacional SCA 2018
Nombre del proyecto: CDI Cuna de campeones Siloé
Ubicación: Cali, Colombia
Tipo de proyecto: Arquitectura
Categoría: Equipamiento de Bienestar social
Área: 2800 m2
Arquitectos: Aldo M. Hurtado - Carlos H. Betancourt
Colaboradores: Josman Rojas - Angela Andrade - Jessica Rojas - Laura Urueña - Daniela Zules - Miguel A. Canaval - Edier Segura - Nicolle Figueroa
“En los juegos de los chicos percibo, a veces, los resabios de rituales y valores que parecen perdidos para siempre, pero que tantas veces descubro en pueblitos alejados e inhóspitos: la dignidad, el desinterés, la grandeza ante la adversidad, las alegrías simples, el coraje físico y la entereza moral.” Ernesto Sábato
El estallido social del 2021 puso en evidencia el descuido estatal, la falta de inversión social y la estigmatización de una comunidad que ha creado un tejido social fuerte a pesar de no tener siquiera escrituras públicas de sus viviendas. la gente ha construido este barrio con sus manos, y por medio de colectivos de trabajo han logrado mejorar sus condiciones de vida. sin embargo, la falta de interacción con ambientes de calidad, espacio público efectivo, y zonas verdes que garanticen el adecuado desarrollo de sus niños y que potencien sus habilidades en todos los niveles, ha sido una deuda social histórica que solo puede solucionarse con política. El centro de desarrollo infantil “Cuna de Campeones”, es un ejemplo de cómo la arquitectura pública es un instrumento político en Colombia. Los dirigentes materializaron sus posiciones frente a la idea de bienestar social a través de un edificio construido para una comunidad que ha hecho aportes significativos a la ciudad. Siloé es el único barrio en Colombia que tiene dos medallas olímpicas, entre otros muchos logros de deportistas que desde niños jugaron en sus calles, escaleras y pasajes.
El centro de desarrollo infantil “Cuna de Campeones” se encuentra ubicado en Siloé, un sector popular con más de cien años de historia social y cultural en la ciudad de Cali. Su origen informal, surge de los asentamientos de familias mineras cuando en la zona predominaba la explotación carbonífera. En su emplazamiento frente al cementerio, confluyen las vías de un tejido urbano irregular que ha invadido rondas hídricas, que ha ocupado densamente laderas de alto riesgo y difícil acceso, y que ha dejado pocas zonas verdes públicas. En este contexto, el proyecto es un acto urbano que ofrece nuevas áreas de apoyo a la vida comunitaria en el sector, conectando a las personas por medio de un espacio público incluyente, de potencial ecológico y ambiental, alrededor de un edificio para niños cuya imagen institucional potente es una apuesta por la formalización del contexto.
Por tratarse de los niños más pequeños de la comunidad, se plantea para su protección aislarlos de la intensidad del entorno, ubicando las aulas a una altura segura, a manera de nido. Este fenómeno doble, la necesidad de abrirse al contexto para aportar nuevas áreas de contacto social, y al mismo tiempo la necesidad de cerrarse para tener control y aislar los menores, fue determinante en la arquitectura del edificio.
La separación de las aulas de la planta publica fue la decisión que activo el efecto urbano del edificio. Una estrategia volumétrica simple relaciona un porche con un recinto de juegos. Al liberar la planta, retroceder el paramento y apoyar el volumen sobre una columnata, se crea un umbral que resuelve la transición de lo público a lo común. Este espacio de mediación entre el edificio y la ciudad tiene una escala que otorga calidad espacial, protege del sol y brinda hospitalidad al encuentro de las personas que acuden por sus hijos. Esta área puede utilizarse como extensión del patio abriendo las rejas de cerramiento.
Algunos elementos arquitectónicos ponen en valor lo informal y llenan de significado el edificio. Estas transferencias conceptuales anclan el edificio a las circunstancias específicas del sector. Una columnata de “pie de amigos”, alterna su posición y soporta el volumen de aulas, dando la sensación de peso y ligereza, de movimiento y estabilidad, propia de las construcciones palafíticas de ladera. Una atractiva rampa-rodadero dinamiza el patio interior de juegos, representa los caminos y escalinatas, los socavones mineros y los pasajes orgánicos entre las casas. Las cubiertas lucernarios independientes alternan su posición y dibujan un perfil cambiante en el volumen. Se enchapan de azul para provocar un efecto de Inter visibilidad a distancia entre el barrio y el edificio. Los colores primarios en estos elementos compensan la dureza exterior del volumen y su materialidad pétrea de concreto.
Un patio perimetral sirve de extensión para las aulas, acoge las huertas, y enfrenta la calle. Esta persiana vertical de elementos prefabricados en concreto sirve como un biombo de protección solar, y es un escudo contra las balas perdidas en un sector lleno de fronteras invisibles y donde son frecuentes los enfrentamientos entre pandillas.