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 844 M2 

ESCUELA DE MÚSICA DE CANDELARIA

COLOMBIA 2016

Con el propósito de acercar la cultura a las poblaciones más vulnerables del país, el Ministerio de Cultura de Colombia propone construir escuelas de música en varios municipios del territorio nacional, para impulsar y fortalecer la riqueza musical de nuestro folclor y como una estrategia para alejar a los niños del conflicto armado, En consecuencia, se hace una convocatoria nacional a un concurso público de arquitectura para el diseño de un prototipo de escuela que sea adaptable a los lotes disponibles en los municipios, y que responda adecuadamente a las diversas condiciones geográficas, climáticas y culturales del país.

 

En este sentido, se plantea la necesidad de pensar estas escuelas como espacios participativos donde la comunidad genere altos niveles de apropiación y sentido pertenencia, donde se aproveche la música como un objetivo común para juntar a los ciudadanos y donde se promueva la integración ciudadana, la inclusión social y el respeto por la diferencia.

 

En el municipio de Candelaria Valle del Cauca, este equipamiento de pequeña escala aparece de manera sutil en el perfil urbano. Se ha convertido en un lugar que acogedor para la comunidad, que ofrece sus contenidos culturales por medio de un espacio continuo y disponible de gran valor colectivo. La escuela de música ha elaborado una imagen poderosa como edificio institucional en la memoria de los ciudadanos. Es un espacio que funciona como un umbral de encuentro en medio de un jardín comunitario, donde se disuelve el límite entre lo público y lo privado, y donde se promueve el sentido continuo y accesible del espacio público en el interior del predio.

 

El proyecto se organiza a partir de dos espacios de geometría oval, uno cerrado y otro abierto que se tensionan entre sí para resolver la oportuna relación entre un auditorio y un atrio. A la configuración resultante se le adosa el programa, que a manera de cadena o cuentas, ubica una sucesión de espacios y resuelve la periferia del predio como un lugar más del proyecto. El atrio simboliza el espacio incorpóreo de la música presente en nuestras vidas y su perímetro está conformado por los módulos de enseñanza, práctica y socialización para la comunidad.

 

En la escuela de música el espacio es un elemento tangible y a la vez etéreo, que se descubre a través del movimiento, por grietas, aislamientos, y volúmenes cambiantes que simbolizan la diferencia, y que giran en torno a un espacio común que representa la estabilidad dentro de lo cambiante. El edificio es movimiento y sucesión. Su imagen materializa los tiempos continuos y discontinuos de la música, con fachadas prolongadas e incesantes en el auditorio, o fragmentadas con intervalos en los módulos de enseñanza. Estos aislamientos entre los volúmenes son pausas que responden a determinantes técnicas de aislamiento acústico y a la vez son lugares para el disfrute visual donde se sumerge el espacio de formación con la garantía de encontrar niveles apropiados de confort térmico y  lumínico.  El edificio otorga valor a lo intangible, y fomenta la contemplación, la inspiración, la evocación, el ensueño y la conversación de los ciudadanos entorno a la música. 

 

CRÉDITOS

ESPACIO COLECTIVO ARQUITECTOS S.A.S

ARQ.CARLOS HERNÁN BETANCOURT

ARQ.ALDO MARCELO HURTADO

 

EQUIPO DE TRABAJO

ARQ. CATALINA OSPINA

ARQ. ESTEBAN CASTAÑO

ARQ. ANDRES ROLDAN

ARQ. ERICK CASTRO

ARQ. JUAN MANUEL BERNAL

ARQ. CRISTIAN TORRES

EST.  JUAN S. RAMIREZ

 

FOTOGRAFÍAS

SANTIAGO ROBAYO

FEDERICO CAIROLI

JUAN S. RAMIREZ

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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